“UNA
TRANSFORMACIÓN RADICAL, IMPLICA VIVIR UNA REFORMA EDUCATIVA TODOS LOS DÍAS, EN
LA COTIDIANIDAD DE LAS AULAS Y LA ESCUELA”
Mi
nombre es Deysi Liliana Hernández Martínez; en esta nueva etapa de mi profesión
me reencontré conmigo misma y descubrí una nueva forma de ver la docencia, con la ayuda de la
teoría, conocimientos y aportaciones que
adquirí de mis compañeros de la maestría comprendí el verdadero propósito y significado de mi labor así mismo
la gran encomienda que tengo para con mis alumnos y padres de familia.
(Aranguren,
1996). Plantea que la ética tiene una dimensión de constructividad de lo
público, cómo vivir esta realidad pública y transformarla, pasar de una ética
de los derechos a una ética de las responsabilidades.
Nos
encontramos ante la necesidad de
reconstruir nuestra sociedad formada en
valores por lo que tomo postura a favor
de la teoría sobre ética pública; porque
estoy de acuerdo con el autor cuando
dice que los maestros somos líderes ; soy una convencida de que la mejor
inversión está en nuestra primera infancia porque es la base
para forjar una nueva generación de hombres y mujeres capaces de asumir un
compromiso social con valores íntegros para que su código de
comportamiento este encaminado hacia el
logro de la ética común que está
asociado con la búsqueda de una vida en convivencia sana.
Soy
maestra pero también soy madre y como toda madre de familia me preocupa la
educación de mis hijos; y no hablo de la educación que van a recibir en la
escuela sino de la educación que aprenden en casa; porque los niños solo son el
reflejo de la familia y en ocasiones nuestra propia familia propicia la falta
de respeto hacia nuestros semejantes, entonces cada familia es responsable de
educar con valores es decir que los padres de familia somos los responsables
por los actos de nuestros pequeños.
Soy
maestra de educación preescolar y los
principios que pongo en práctica para que mis alumnos disfruten cada día es
principalmente amor, tolerancia, respeto y humildad. Atiendo a 20 alumnos
incluyendo a mis hijos un pequeño de 3° y una niña de 1°; mis hijos y mis alumnos son mi prioridad cada día que
amanece porque me levanto con grandes expectativas para cada uno de ellos; cada
día espero que no falten para que ellos
no se pierdan de una oportunidad de establecer compañerismo, amor por el juego,
canto, danza y arte.
El
docente tiene un rol fundamental en la sociedad a través de la orientación,
estimulación y acompañamiento del alumno que está formándose en las
instituciones, es por ello que este, debe poseer y practicar en todas sus
acciones los valores. Dentro de estas reflexiones y experiencias ante dicha práctica,
es importante considerar cuatro valores fundamentales para el desempeño del
individuo en la sociedad; siendo estos el respeto, honestidad, humildad y
justicia.
Cabe
destacar que si en el entorno familiar y en el educativo hemos sido formados en
estos valores, nuestra práctica cotidiana y ciudadana será bajo la equidad,
sencillez, consideración y empatía hacia el otro, propiciando así paz interna y
tendremos una buena convivencia con la sociedad.
La
disciplina empieza en casa enseñando a nuestros hijos que tienen derechos
y para hacerlos validos deben cumplir
con ciertas normas que se establecen de acuerdo a las necesidades de cada
familia, cuando la madre de familia padre
o cuidador realiza la limpieza tiene derecho a exigir que se mantenga limpio
ese espacio, predicar con el ejemplo es la mejor forma de enseñar a nuestros
hijos. Nuestra meta como padres es educar
no sólo para que nuestros pequeños hagan lo que es correcto, sino que
disfruten haciéndolo; no sólo formar personas trabajadoras, sino personas que
amen el trabajo.
La
educación en la escuela y la familia
tienen la función de promover el desarrollo integral de la persona, preparar
para la vida, educar en valores, transmitir conocimientos que conviertan a los
individuos en seres útiles a la sociedad.
Paulo
Freire, a este respecto, nos dice: “...La tarea del docente, que también es
aprendiz, es placentera y a la vez exigente. Exige seriedad, preparación
científica, preparación física, emocional, afectiva. Es una tarea que requiere,
de quien se compromete con ella, un gusto especial de querer bien, no sólo a
los otros sino al propio proceso que ella implica. Es imposible enseñar sin ese
coraje de querer bien, sin la valentía de los que insisten mil veces antes de desistir. Es imposible enseñar
sin la capacidad forjada, inventada,
bien cuidada, de amar”
La
verdadera reforma educativa no se trata
de una técnica, de un sistema, de un método de aprendizaje o de transmisión de conocimientos. Se trata de un
modo de ser, pensar y de actuar del maestro en las aulas y por ello considero que si no sabemos qué es
la educación, tampoco sabremos qué somos nosotros mismos como maestros.
Educar tiene una pluralidad de sentidos, mismos que tienen que
ver con la vida, con el pensamiento, con la cultura, con el quehacer y,
finalmente, con el ser.
El
verdadero maestro no busca la perfección en sus alumnos sino más bien que
sean ellos quienes reconozcan sus
carencias para trabajar sobre estas áreas de oportunidad y poder encontrar la
satisfacción de aprender por voluntad propia y descubrir la felicidad.
Según
Fichte, la educación no debe limitarse a la transmisión de conocimientos,
educar es un
arte que consiste en que el
hombre aprenda a asimilar los valores de su cultura y sea capaz de comunicarlos. Arte que exige del
hombre formación en la libertad y en la voluntad. Arte que despierta en el ser
humano esa capacidad creadora y
generadora de un nuevo orden natural y social.
Mi
postura es favor de la teoría que hemos revisado en este este primer módulo
porque ha despertado en mí el hambre de
seguir aprendiendo y preparándome para los nuevos retos que tengo por delante;
los maestros tenemos la tarea de
restaurar el tejido social aunque es una
tarea muy compleja, ardua y multidimensional que no podemos cambiar de la noche
a la mañana; entonces debemos proyectar
a corto, mediano y largo plazo.
Depende
de cada uno de nosotros, y no esta en cuanto aportamos sino más bien del día a día al promover la
justicia social, la equidad de género, la sustentabilidad, los derechos
humanos, la integración social, el libre desarrollo y el empoderamiento de las
personas, sin importar su origen, genero, edad, clase social, preferencia
sexual, religión, situación económica o de salud.
Buenas noches Maestra Deysi:
ResponderEliminarHa sido un placer leer su escrito coincido totalmente con usted cuando habla de que la primera educación se recibe en casa, por lo tanto como docentes debemos asumir la parte que nos corresponde con respecto al atraso educativo sin embargo no somos los únicos culpables también están los padres de familia y las autoridades educativas.
Me gusto mucho esa visión tan humanista que tiene usted de la educación y si efectivamente uno como madre quiere lo mejor para su hijo por eso a nuestros alumnos debemos de sentirlos nuestros para poder dejar un granito de arena en su corazón.
ResponderEliminarHola compañera buen día es verdad que para toda práctica docente debemos de partir de un diagnostico tanto pedagógico como socioeducativo, ya que nos encontramos con diversidad de alumnos de los cuales cada uno tiene sus potencialidades pero al igual cada uno posee distintas formas de vida que ayudan o afectan su aprendizaje, es por tanto que al tener conocimiento mediante un buen diagnóstico podemos actuar para mejorar su calidad educativa, como haces mención.